Merienda de Media Noche (Reservado para Jess)

Sabía que yo estaba rompiendo reglas, lo sabía. Sabía que no debería estar en los pasillos del colegio a la Media Noche. Sabía que mi reputación de chica sin manchas en cuanto a la disciplina y respeto se iba a ensuciar con lo que iba a hacer en éstos preciosos momentos una vez de que me pondría una bata por encima de mi camisón y que saldría de la acogedora Sala Común Azul de mi casa. Pero no tenía tanto remedio. Mi cerebro me decía que no debía hacerlo; pero las tripas me decían que sí, que debía de dar ese paso pese a que estaba en lo incorrecto y que estaría en graves líos. Y había una razón de que iba a hacer la primera y mi última vez de que iba a romper la regla de salir por la noche por los pasillos del colegio, el Hambre.

Estuve todo el día en la biblioteca estudiando, sin ni siquiera pensar en el mundo exterior, ni mucho menos en comida, ni tampoco le permití que nadie me trajera algo para mi. Pero ahora al sentir mi estómago vacío, noté que cometí el peor pecado de no alimentarme bien solo por pensar en mi estudio. Y lo peor el comedor estaba cerrado, asi que no tenía dos opciones, obedecer las reglas; pero luego terminar desmayada y en la enfermería, o ir a la cocina en busca de comiday manchar mi record con un castigo si me descubriran afuera. Yo tomé la segunda opción. Así que me puse una bata encima de mi pijama, luego tomé mi varita y caminé de puntitas hacia los oscuros pasillos. -Lumos- musité bajito profundamente y de mi varita salió luz. Miré a ambos lados y por fortuna no había nadie. -¡No hay nadie pufff! Bueno iré de camino a la cocina.- musité aliviada y seguí caminando de puntitas. Fue que de pronto vi una luz y unos...

-¡Elfos, que lindos!- musité bajito mientras contemplaba la escena y caminaba todavía de puntitas hacia la cocina. Apagué mi varita y me acerqué hacia ellos para pedirles algo de comer. -Buenas noches amiguitos. Perdóname por interrumpirles. Yo quisiera algo para comer por favor. Yo no pude venir al comer durante todo el día.- dije educadamente y con una sonrisa muy dulce. Al principio se asustaron con mi presencia puesto obvio que no me esperaban, pero luego no de ellos me ofreció una silla y me senté. Entonces una elfita vino con un plato de pastel con un vaso de leche. Entonces me sonreí al darme la comida. -Muchas gracias. Oye quiero que tengas éste sombrerito que hice para ti.- les agradecí educadamente mientras le estaba dándole el sombrero que tejí hace unas semanas. La elfita sonrió y movió su cabeza en agradecimiento. Pero de pronto sentí unas pisadas. "Oh no me van a descubrir. Oh me siento mal. No sé que diré." pensaba tristemente cuando de pronto la persona entró.

"Is piensa lo que vais a decir si es uno de los profesores. Piensa... oh ya sé que soy sonámbula. Pero creo que no me creerán y de seguro quince puntos menos por salirme del castillo a las tantas de la noche." pensaba mientras jugaba con la cuchara del pastel muy nerviosa y temblaba mis dientes como si tuviera frío. No quería meterme en líos ni mucho menos que me agaren; pero eso me pasó por no alimentarme bien. Fue entonces que estuché una voz finalmente diciendo: -Seas quien seas,puedo explicar que hago aquí.-

Su tono de voz denotaba miedo y nerviosismo; mietras que en sus ojos café había mucho preocupación y en su forma de temblar su mano apuntando la varita hacia mi parecía que se sentía algo desconfiada. Yo sabía cómo se sentía, y hasta yo me sentiría igual si me encontrara con alguien sin esperarla. Pero al ver que ella estaba con varita en mano comenzé a temblar como ella y unas lágrimas salieron de mis ojos por temor. -Por favor, no me hagas daño. Yo no estaba haciendo nada. Solo quería comer porque no pude alimentarme. Pero por favor no me lastimes. Escucha explícame tus razones por la cual estas aquí. Yo te prometo que no diré nada a nadie que estuvimos en la cocina, ni mucho menos lastimarte; pero no me hagas daño.- musitaba temblorosa mientras que ponía una mano sobre la mesa e indirectamente la temblaba.